La crisis de incendios forestales en Galicia ha alcanzado proporciones devastadoras, afectando directamente a más de 40.000 personas en la provincia de Ourense. Las llamas avanzan sin tregua, reduciendo a cenizas vastos paisajes y desatando una emergencia que supera toda capacidad de respuesta.
Los datos son alarmantes: desde julio, más de 51.000 hectáreas han sido devoradas por el fuego, situando a la región en un escenario de “peligro extremo”, según alerta la Unión Europea. La magnitud de la destrucción no tiene precedentes en la historia gallega.
Los megaincendios se han convertido en el rostro más brutal de esta tragedia. El fuego en Chandrexa de Queixa y Vilariño de Conso ha arrasado 17.000 hectáreas, marcando el mayor incendio jamás registrado en Galicia. Otros focos, como el