Durante años, la ciencia ha profundizado en la relación entre el intestino y el cerebro. Hoy, la evidencia es tan sólida que este vínculo ya tiene un nombre propio: eje intestino-cerebro. Se trata de un canal de comunicación constante y bidireccional en el que la salud digestiva impacta directamente en el sistema nervioso central, influyendo en el ánimo, el dolor y hasta en la aparición de enfermedades neurológicas.
Un trabajo reciente publicado en Journal of Human Nutrition and Dietetics, la revista científica de la British Dietetic Association , puso a prueba este concepto en uno de los trastornos más incapacitantes para personas menores de 50 años: la migraña crónica.
La investigación, liderada por el gastroenterólogo rionegrino Facundo Pereyra y co dirigida por su hermano, el r