Hay que tener cuidado al caminar por la casa de Stefano Marconi Sgrois . Hay que tener cuidado porque cuando la atención esté completamente concentrada en los estantes en los que se lucen, minuciosamente ordenados, decenas de autos de colección , o cuando los ojos se posen en los pósters de algunos modelos de carrera que ambientan el living familiar, o cuando la curiosidad se detenga en alguna de las revistas que apilan historias de motores y carrocerías , todo puede terminar en un resbalón.
En esta casa de Tolosa , los autos están en los estantes, en los pósters, en las revistas, pero también se asoman, diminutos, debajo de la pileta del baño, o en el resquicio que queda entre la heladera y el piso. Perdidos hasta que una escoba los descubra y los ponga en su lugar, o hasta que S