La peste de fuego que arrasa el sureste de Ourense se propaga ya por todo el territorio gallego agrandando la catástrofe hasta límites insospechados. Los incendios del Macizo central continúan su avance, aunque con menor fuerza que en días pasados, mientras aparecen nuevos focos y las llamas se ensañan ahora con O Ribeiro y Larouco. Cunde el pánico y la desesperación entre los afectados que ya perdieron sus casas, sus granjas o sus animales, mientras que el miedo se apodera de los vecinos de otras localidades que ven como cada día el frente de humo y fuego está más cerca de sus aldeas. Aumentan los núcleos confinados, el tren con Madrid lleva ya cuatro días interrumpido y otras cinco personas resultaron ayer heridas a consecuencia de la ola incendiaria. El programa Copernicus, que gest
La UE avisa de "peligro extremo" en Ourense y estima ya en 40.000 la población afectada

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