“Quedátela, no puede estar en mejores manos”. Su abuelo le legó a Melisa la vieja Olivetti portátil que lo había acompañado, décadas antes, en sus días de trabajo como gestor. Ella se la había pedido prestada para tipear sus primeros poemas. Y cuando le contó de sus planes viajeros, recibió ese aporte emocionante.

Desde diciembre pasado, el antiguo artefacto color verde agua es partícipe de un proyecto que no para de moverse. Como el mar, pero sobre rutas argentinas: verso a verso, Melisa Leguiza y Andrea Toledo protagonizan “Vivir km a km Literario” , una iniciativa con la que improvisan poesía en calles y plazas de todo el país, y se nutren de la obra de artistas locales para darla a conocer junto con los atractivos de cada destino alternativo que visitan.

Un sonido hipnótico

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