
En España las croquetas han dejado de ser solo ese bocado cremoso de jamón o pollo. Los chefs y bares más creativos las reinventan, explorando sabores insólitos que desafían el paladar y sorprenden a cualquier amante de la gastronomía. Te contamos dónde probar las más atrevidas y originales del país.
Boqueat: croquetas artesanas con un toque loco
Boqueat es casi un templo para los fanáticos de la croqueta. Aquí las recetas no tienen límites: jamón, hamburguesa, chipirón, espinacas con jamón, queso Idiazábal, Cabrales, pollo… y también chocolate, café o gin tonic. Las salsas que las acompañan son igual de sorprendentes: mahonesa de algas, alioli de mostaza, chutney de manzana o tomate con vainilla.
“Nuestras croquetas más exitosas siguen siendo las clásicas de jamón, setas y queso, pero las dulces nos han dado mucha popularidad. La de chocolate es básicamente una trufa envuelta en oreo triturado que simula el pan rallado tradicional, ¡una bomba!”, explican en Boqueat.
Vincci SOMA: la fusión que sorprende
En el hotel Vincci SOMA, la croqueta se eleva a la categoría de arte. Su chef crea combinaciones como morcilla con manzana, pistacho con jamón, mejillón con gambas, boletus con cecina o gorgonzola con nueces y pera. Cada croqueta se hace con ingredientes de calidad, leche, harina y mantequilla naturales, y rebozada en panko para un exterior crujiente y un interior cremoso.
“La croqueta que nunca falla es la de pistacho y jamón. El color verde sorprende, y el sabor es inolvidable desde el primer bocado”, asegura el chef.
Pez Tortilla: creatividad sin límites
Este bar de tapas combina tortillas y croquetas gourmet, acompañado de más de 30 cervezas artesanales. Sus especialidades incluyen croquetas de chipirón en su tinta, curry de pollo, salmorejo, morcilla de Burgos, puerros con cecina y pisto manchego. Los vegetarianos están invitados a probar estas creaciones únicas.
Oído Cocina Gourmet: croquetas de autor a domicilio
Cristina Comenge, conocida como la Reina de las croquetas, ofrece versiones como bacon con parmesano, marisco, boletus, puerro confitado, chistorra o pollo al curry. Su secreto: los mejores ingredientes, generosidad con el relleno y rebozado en panko para lograr croquetas más crujientes y menos aceitosas. Aunque arriesga con sabores novedosos, la favorita de sus clientes sigue siendo la de jamón ibérico, que representa el 50% de las ventas.
La Vaquería Montañesa y Okashi Sanda: de la tradición a Japón
La Vaquería Montañesa propone croquetas sostenibles: ossobucco de ternera ecológica y bogavante del Cantábrico con certificado de origen. Por su parte, Okashi Sanda, en Malasaña, ofrece poteto korokke (patata y carne) y kabocha korokke (calabaza japonesa), todas rebozadas con panko y sin gluten ni lácteos.
La Gastrocroquetería de Chema: imaginación en cada bocado
En este local, cada croqueta es un pequeño experimento culinario: pisto con huevo y jamón, puerro con queso de cabra y pimientos, pincho moruno, perrito caliente, sobrasada con chocolate o queso líquido sobre confitura de tomate. La croqueta de sobrasada con chocolate es especialmente llamativa, combinando salado y dulce en un solo bocado que divide opiniones pero siempre sorprende.