La versión de la democracia iniciada en 1983 es generosa en materia de absorciones. Arrancaron con la “patota del doctor Oscar Alende”, El Bisonte que había absorbido remanentes que sobrevivieron al Partido Revolucionario de los Trabajadores. Mientras maduraba el fenómeno socialdemócrata de Raúl Alfonsín, El Providencial, que absorbía la frescura de los infinitos patoteros para entusiasmar con el Tercer Movimiento Histórico y estrellarse infortunadamente en la hiperinflación de 1988. Catástrofe que facilitó en 1989 el regreso triunfal del peronismo de Carlos Menem, El Emir.
Plenos momentos del Consenso de Washington. Caída cinematográfica del Muro. Colapso de la Unión Soviética que vaticinó la historiadora Hélène Carrère d’ Encausse, para cimentar la rebatible tesis de Francis Fukuyama q