La financiación de los partidos es un asunto recurrente en la política nacional en el que, sin embargo, siguen existiendo aún muchos claroscuros. Y eso que, como cada verano, las formaciones con representación en el arco parlamentario acaban de publicar sus cuentas correspondientes al último ejercicio, esto es, el de 2024. Un trámite al que están obligadas por ley, aunque muchas veces no lo cumplan o lo hagan de manera irregular, que arroja conclusiones cuanto menos interesantes.

El grueso de los ingresos de los grupos tiene un origen público, en forma de subvenciones que reciben para cubrir sus gastos de funcionamiento de acuerdo a sus resultados electorales. Pero, además, recaudan millones de fuentes privadas y con grandes diferencias: el PSOE, por ejemplo, prácticamente triplica el din

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