Las elecciones generales en Bolivia, celebradas el 17 de agosto, son consideradas cruciales para el futuro democrático del país y de la región. Edmundo González Urrutia, embajador y candidato presidencial, destacó en su cuenta de X que "cada elección libre fortalece la paz y la integración entre nuestras naciones". González subrayó la importancia de la soberanía y el respeto a la voluntad del pueblo como base de la convivencia democrática.

El presidente en funciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Óscar Hassenteufel, informó que la jornada electoral transcurre con tranquilidad, a pesar de algunos incidentes aislados. En Ginebra, un ciudadano intentó llevarse una urna de votación, pero fue controlado rápidamente. En España, un grupo de votantes tuvo problemas de ubicación, lo que fue gestionado por el cónsul boliviano.

Sin embargo, algunos políticos enfrentaron abucheos al votar. El presidente Luis Arce y el alcalde de Santa Cruz, Jhonny Fernández, fueron recibidos con críticas. El caso más grave fue el del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, quien fue apedreado tras emitir su voto en un bastión del expresidente Evo Morales.

Más de 7,5 millones de bolivianos están habilitados para votar, incluyendo a 369.308 ciudadanos en el exterior. Las encuestas indican que los opositores Samuel Doria Medina y Jorge "Tuto" Quiroga podrían disputar una segunda vuelta, lo que marcaría un cambio significativo en la política boliviana. El oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) se presenta dividido, con Eduardo del Castillo como candidato, aunque las encuestas le otorgan menos del 3% de intención de voto.

Jorge "Tuto" Quiroga, expresidente y candidato, afirmó que estas elecciones marcarán un cambio dramático en Bolivia. Lamentó los incidentes de violencia y pidió a los ciudadanos que voten sin intimidaciones. Quiroga confía en el TSE, pero su equipo tiene un control electoral propio. Las elecciones se desarrollan en un contexto de crisis económica, con escasez de dólares y alta inflación.

Evo Morales, quien también votó, evitó hacer declaraciones a la prensa. Los candidatos, incluido Eduardo del Castillo, enfatizaron la importancia del derecho al voto y la necesidad de una jornada pacífica. En total, ocho candidatos compiten en estas elecciones, que son vistas como un momento decisivo para el futuro político de Bolivia.