El teléfono de María recibe decenas de mensajes de mujeres afganas desesperadas. "Llevo días sin dormir, tengo miedo de la policía. Están deportando a todos los afganos" , escribe una mujer viuda a cargo de dos niños que espera respuesta a la solicitud de protección internacional. Se encuentra en Pakistán. Desde Irán, recibe otra retahíla de mensajes. Esta vez es una mujer que está sola con su hija: "Hoy fui a comprar el pan y, mientras esperaba en la fila, dos personas iraníes me increparon y le dijeron al panadero que no me vendiera pan. Por miedo a ser agredida, decidí regresar a casa sin comprar nada. Y ojalá el único problema fuera el pan, tampoco estamos recibiendo atención médica. Le ruego que hable con la embajada para que acelere el proceso de nuestras visas".
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