Diferente guion, pero mismo desenlace . El cambio del Atlético , tras 170 millones de euros invertidos, se quedó en un lavado de imagen después de que el Espanyol remontara (2-1) en once minutos el gol de Julián Álvarez y dejara en anecdótico el gran primer tiempo de los rojiblancos . Los de Simeone tuvieron fluidez, clarividencia de ideas, control del partido y presencia en campo contrario, pero volvieron a incurrir en viejos vicios nocivos.

De nuevo un balón parado mal defendido, de nuevo una pájara y de nuevo un batacazo. Nadie siguió a Miguel Rubio en el segundo palo y nadie esperó el repentino remate de Pere Milla . Porque sí, a este nuevo Atlético también le suceden las mismas situaciones extrañas que al añejo Atlético cuando juega lejos del Metropolitano. Por muy bien que inicien las cosas, los rojiblancos no muestran la misma solidez lejos de su feudo.

Ni siquiera por muy bien que inicien las cosas. El primer tiempo fue una representación de las mejores ilusiones veraniegas. Con Baena moviéndose entre líneas y tejiendo las labores ofensivas, Cardoso actuando como el cinco que tanto ha buscado Simeone, Almada dando dirección al juego y Hancko expeditivo atrás e iniciando la salida de balón. A ello se sumó el de siempre, Julián Álvarez, con un lanzamiento de falta pluscuamperfecto.

Durante gran parte del partido pareció que sí, que este Atlético tenía no sólo nuevas voluntades, sino nuevas certezas . Un primer tiempo en el que los rojiblancos llevaron la iniciativa, dibujaron buenas ocasiones, mostraron buen físico, pero no cerraron el partido. El dominio existía, pero el resultado seguía siendo corto. Y el Espanyol, que no se había dejado ir pese a ser superado, fue creciendo con los cambios y se llevó el botín.

Involución del Atlético con los cambios

Lo que tantas veces ha sido la virtud de Simeone, este domingo fue su cruz. Y todo comenzó con una amonestación a Cardoso. El ex del Betis mostró jerarquía y ser ese cinco que tanto ha buscado el Atlético durante los últimos años. Pero al filo del descanso vio una amonestación que se traduce en cambio. De primero de Cholismo. Simeone no es amigo de asumir el riesgo de una expulsión y le retiró junto a Gallagher . Posteriormente a Baena y Almada de otra tacada. Y, cuando todavía iba empatada la situación, sacó a Julián Álvarez. A medida que se realizaba una sustitución, el Atlético fue bajando una marcha terminó gripado.

Antes de la debacle hubo brotes verdes

No parece casualidad que el empate llegara cuando Cardoso, Baena y Almada ya no estaban en el terreno de juego. Tampoco que el del la derrota se produjera sin Julián Álvarez. Las nuevas caras y La Araña habían dibujado una actuación ilusionante con combinaciones al primer toque y desmarques que se toparon con el palo. Buena puesta en escena de Cardoso, rápido al corte y jerárquico con la posesión. Queda toda la vieja guardia y Raspadori, que en el empate dimitió de su labor defensiva. Diferente guion, por momentos, pero mismo desenlace. El nuevo Atlético cambia, pero al mismo tiempo no cambia.

Las notas del Atlético

  • Oblak: 4
  • Llorente: 5
  • Le Normand: 4
  • Hancko: 7
  • Ruggeri: 5
  • Gallagher: 6
  • Cardoso: 8
  • Giuliano Simeone: 6
  • Almada: 6
  • Baena: 7
  • Julián Álvarez: 7
  • Barrios: 5
  • Koke: 4
  • Griezmann: 5
  • Raspadori: 4
  • Sorloth: 5