La sala estaba llena antes de que la luz se apagara en el Festival de Cine de Lima. Afuera, Lima seguía su curso ruidoso; adentro, el silencio fue interrumpido por los sikuris. Sus zampoñas y tambores no fueron un preámbulo musical, sino un llamado: recordar a quienes ya no están y escuchar a quienes aún claman justicia.

Sold out dos noches seguidas, como si la memoria, tantas veces negada, encontrara un resquicio en la pantalla.

Uyariy —que en quechua significa escuchar—, la más reciente película de Javier Corcuera, no se limita a registrar. Abre un espacio de duelo, de dignidad y de esperanza en medio de la herida. En la pantalla desfilan los rostros y voces de familiares de las víctimas de la masacre del 9 de enero de 2023 en Juliaca, donde la represión estatal arrebató decenas de vi

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