Córdoba sufre una auténtica estampida en las semanas centrales de la canícula. Y quien permanece en la ciudad no tiene más remedio que quedarse en casa en las horas centrales del día para evitar el efecto del calor. Por eso, las calles son espacios desérticos y vacíos, como muestran esta fotogalería.

La Córdoba vaciada: el reto imposible de mantener la rutina en los días de más calor

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