María Alejandra González Ocampo*
LA PATRIA | MANIZALES
El Centro Histórico de Manizales es mucho más que un conjunto de fachadas antiguas : es memoria colectiva, patrimonio arquitectónico, identidad y espacio vivo de nuestra ciudad. Sin embargo, desde hace más de dos décadas sufre el impacto silencioso -pero devastador- de la incoherencia normativa y la falta de aplicación de los instrumentos de protección que la misma ciudad ha creado.
En 1998 se adoptó el Plan Especial de Protección (PEP) para el conjunto de inmuebles de arquitectura republicana. Un instrumento de jerarquía superior que debía orientar la conservación y el uso responsable de este bien colectivo. El problema es que, en 27 años, el PEP nunca se aplicó plenamente. En los diferentes Planes de Ordenamiento Territorial (P