La estrategia de persecución de narcos mexicanos que ha estado escalando la Casa Blanca desde la toma de posesión del presidente Donald Trump dio dos pasos audaces que tendrán efectos internos en México en materia de inestabilidad y violencia: la recompensa de diez millones de dólares por El Chapito, Iván Archivaldo, y 15 millones por Nemesio Oseguera Cervantes El Mencho.
Entre acuerdos formales, entregas informales y secuestros, Estados Unidos prácticamente está a punto de desmantelar al Cártel de Sinaloa con la recompensa por Archivaldo, pero sin resolver uno de los problemas muy graves que derivaría de desarticulación de la banda: la dispersión de delincuentes armados con capacidad para seguir produciendo droga y llevarla de contrabando a Estados Unidos.
A finales del año pasado, EU a