La 26ª Feria del Libro de Jaca concluyó ayer con valoraciones generalmente satisfactorias tanto del equipo de la Biblioteca municipal, que se empleó a destajo durante los últimos cuatro días, como por parte de las editoriales y librerías, que registraron unas ventas desiguales, en función de su género y su ubicación en el paseo de la Constitución, entre otros factores.

Precisamente, sigue abierto el debate entre la idoneidad de trasladar la feria a una zona más céntrica o mantenerla en este espacio verde, que es la opción que prefiere el Consistorio, organizador del evento.

Alfredo Pellés, director de la Biblioteca de Jaca, dijo que “el balance es positivo porque ha habido mucha afluencia”. De hecho, se editaron 1.500 programas y “desde el segundo día no quedaba ninguno”. La lástima

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