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Las palabras más sabias en medio del dolor fueron las de María Claudia Tarazona, durante el velatorio en el Capitolio. Con firmeza y serenidad, la esposa de Miguel Uribe recordó que “romper una familia es un acto horrible”, pero rechazó cualquier manifestación de violencia o venganza por su muerte. Conmovida, añadió: “Lo que él quisiera para todos nosotros, los colombianos, es unión, paz y amor” .
Frente a un país herido, no caben los llamados al sectarismo. Se equivocan quienes reducen el significado de este magnicidio a los intereses de un partido político. El asesinato vil y cobarde de Miguel Uribe Turbay ha estremecido a la inmensa mayoría de los colombianos, sin distinción de ideologías.
Un dolor repetido en la historia familiar
La tragedia de la familia Turbay duele d