En la tarde del 29 de julio de 2023 en Leongatha, una pequeña localidad rural de Australia, todo parecía preparado para un reencuentro familiar. Erin Patterson había organizado un almuerzo para recibir a los padres y a la tía de su exmarido.

En la mesa, había un beef Wellington presentado con unos champiñones, junto a una porción de vegetales y un puré de papas. Todo indicaba que el objetivo de la reunión era recomponer lazos perdidos. Sin embargo, todos los comensales comenzaron a sentir fuertes dolores abdominales, náuseas y vómitos apenas unas horas después.

En menos de 24 horas, todos fueron internados de urgencia en hospitales de Melbourne con un diagnóstico inquietante: envenenamiento por , conocidas como “ death caps ” o “sombreros de la muerte”, responsables de

See Full Page