Un dron estadounidense sobrevolando el Estado de México —autorizado por el Gobierno mexicano— fue la primera señal. Se interpretó en los círculos de seguridad como un globo de ensayo, una forma de medir reacciones políticas y sociales antes de dar pasos más arriesgados en la cooperación bilateral contra el narcotráfico.
Ahora, la confirmación ha llegado: Estados Unidos desplegó más de 4,000 marines en aguas del Caribe y América Latina , acompañados de tres buques anfibios, un submarino nuclear, destructores y aeronaves adicionales. El mensaje es inequívoco. Donald Trump decidió llevar su “guerra contra los cárteles” al terreno militar , apoyado en la declaración de su Administración que catalogó a los principales grupos criminales como organizaciones terroristas extranjeras . Ese