PROGRESO.— Ayer domingo, en el puerto se vivió una jornada dominical de ambiente familiar, aunque con una de las menores afluencias en lo que va de la temporada vacacional, una situación que dejó un sabor amargo a los prestadores de servicios.
En un recorrido por la zona del malecón, alrededor del mediodía apenas se contabilizaban unas tres mil personas, con un flujo de visitantes lento y disperso.
A diferencia de semanas anteriores, el tránsito vehicular no fue intenso y los traslados se realizaron con mayor fluidez por las calles del puerto, en especial en las más concurridas por automovilistas.
Esto permitió que la circulación fuera sencilla tanto en el centro como en los alrededores del malecón y las carreteras que conducen a las comisarías porteñas.
Aunque la afluencia se mantuvo