Redacción Ciencia, 18 ago (EFE).- Un equipo de investigadores del Centro de Neurociencias Cajal del CSIC ha demostrado en un modelo animal que el ejercicio físico moderado mejora la salud de la microbiota intestinal, lo que a su vez tiene repercusiones muy positivas en el rendimiento cognitivo del cerebro.

El estudio, publicado en la revista eBioMedicine del grupo The Lancet, abre vías para desarrollar futuras terapias basadas en la microbiota frente a las enfermedades neurodegenerativas y a los trastornos cognitivos.

Valiéndose de estudios con ratones, los investigadores observaron que la práctica física, de unos 40 minutos a velocidad media, mejora la diversidad de las bacterias que habitan en el intestino.

A continuación, comprobaron que estos cambios en la microbiota intestinal modu

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