Pittsburgh había planeado albergar este verano su primera Copa Mundial local, una competencia comunitaria de fútbol inspirada en el torneo global y destinada a celebrar la diversidad cultural de la ciudad. El evento, que se desarrollaría durante varias semanas y comenzaría en junio, iba a contar con equipos formados por residentes de la comunidad inmigrante de la ciudad, que jugarían bajo las banderas de sus países de origen.
Pero las autoridades locales cancelaron los partidos en medio de la creciente ansiedad por la ofensiva migratoria del presidente Donald Trump. La ciudad también suspendió su desfile y festival internacional anual, que anteriormente reunía a vendedores y artistas de decenas de grupos culturales. En un comunicado enviado a Bloomberg por la oficina del alcalde Ed Gainey