Durante el tardofranquismo y los primeros años de la democracia, España vivió una transformación no solo política, sino también estética y simbólica. La publicidad jugó un papel clave en esa metamorfosis, especialmente la de perfumes y colonias, que vendía mucho más que fragancias: ofrecía sueños de lujo, cuerpos perfectos y veranos eternos.

Uno de los ejemplos más icónicos fue el anuncio de Agua Brava, la colonia masculina de Puig, que mostraba a hombres musculosos navegando en yates, rodeados de mujeres como Judith Mascó, símbolo de belleza saludable y sofisticación. Mascó, portada de Sports Illustrated , representaba el ideal femenino aspiracional: atlética, rubia, inteligente y con discurso propio.

Este imaginario de cuerpos bronceados y embarcaciones de lujo no era casual. Como ex

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