La segunda ola de calor del verano mantiene en vilo a buena parte de España. Decenas de incendios se han declarado en Castilla y León, Galicia y Extremadura , obligando a evacuar pueblos, cortar carreteras y desviar trenes de alta velocidad. En las redes sociales se repite una imagen: llamaradas inmensas que se estiran y avanzan con una violencia que parece imposible de frenar: las denominadas 'lenguas de fuego' . Este término no es una palabra técnica de los dispositivos de extinción. En los manuales y planes operativos se habla de 'longitud de la llama' , un parámetro clave que permite medir la intensidad del incendio y anticipar qué tácticas son posibles.
Los equipos de extinción saben que cuando la longitud de la llama supera los tres metros , la situación cambia por completo.