Medellín, la ciudad que “transita” entre las montañas y el cielo a bordo de su Metrocable, guarda en la ladera occidental un lugar que pasó de ser territorio vedado por el conflicto armado a parada obligada para turistas: la Comuna 13.
Es una de las 16 comunas de la ciudad y, a pesar de haber estado tomada durante años por milicianos guerrilleros, hoy por sus laberínticas calles se escuchan rimas de rap, se venden obras de arte y se multiplican las fotos ante paredes convertidas en lienzos.
Jonathan Stiven Arroyo, conocido como ‘Tatam’, es uno de los 27 guías de la asociación comunitaria Casa Kolacho que organiza desde hace 20 años los tours del grafiti conocidos como ‘grafitours’, que atraen a más de 300 personas semanalmente.
Nacido y criado en ese barrio, Tatam recibe a los visitante