La creación de un cerebro de laboratorio representa un avance sin precedentes para la medicina gracias a las millones de aplicaciones que ofrece dentro del campo para el estudio de este órgano y de las enfermedades que pueden comprometerlo.

Si bien fabricar un cerebro experimental parecía una utopía, un equipo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins logró desarrollar un organoide -es decir, una versión más simple y pequeña- completo y funcional.

Este novedoso avance cuenta con tejidos neuronales y vasos sanguíneos rudimentarios , siendo uno de los proyectos más prometedores para estudiar de cerca enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y trastornos neuropsiquiátricos, así como también diversos enfoques de tratamiento clínico.

El avance del siglo: logra

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