Por Jaime Macías
Seguimos con el mundo cambiante de las grandes ligas, donde entre otras novedades vemos que lo que antes se veía de manera muy mal para un bateador, ahora se ha suavizado a la hora de su análisis por parte de las llamadas estadísticas profundas o extremas, introducidas por la sabermetría.
Una de ellas es el ponche, con el cual a veces servía para catalogar a un bateador de malo o bueno, incluso entre los muchachos era frecuente escuchar: “por lo menos no me ponche”, sin importar la forma como había fallado el turno, prácticamente era una cuestión de honor peloteril que no fallaras el tercer strike y había una categoría peor, el ponche parado.
Pero bueno eso ha cambiado, porque se han dado cuenta que hay casos peores que poncharse, como lo son por ejemplo, batear para d