En “Agotados” -sábado próximo, teatro Roxy de Mar del Plata-, Ariel Staltari mantiene durante una hora y diez un vértigo escénico que no da respiro. Sobre el escenario es Samuel, un actor que sueña con vivir de su profesión pero que, mientras tanto, atiende llamados en un restaurante para llegar a fin de mes. Cada vez que suena el teléfono, Staltari se transforma en alguno de lo s 41 personajes que componen esta comedia frenética dirigida por Pablo Fábregas.

“En milésimas de segundo voy cambiando de texturas psicológicas, emocionales, de posturas corporales y voces. Estoy como poseído”, describe el actor, que define la experiencia como “un espectáculo casi esquizofrénico” donde el público pasa de la risa a la emoción. El final, asegura, deja un eco particular: “Te quedás preguntándo

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