El Gobierno argentino, a través del Ministerio de Economía, emitió un nuevo título de deuda en pesos destinado exclusivamente a bancos, con el objetivo explícito de absorber $3,788 billones de la plaza financiera. La medida se enmarca en una estrategia para fortalecer la estabilidad cambiaria de cara a las elecciones legislativas de octubre y busca controlar la presión sobre el dólar y el tipo de cambio.
El título, que tiene tasa variable y vence a fin de noviembre, puede utilizarse para componer parte del encaje bancario, que acaba de ser elevado a niveles casi inéditos. La funcionalidad principal de esta emisión es limitar el exceso de pesos en circulación que podrían alimentar tensiones en el mercado cambiario.
La instrumentación financiera se da en un contexto marcado por la cautela