El arranque de la semana trajo consigo una postal inesperada y perturbadora para un comercio ubicado en 54, entre 18 y 19.

Según pudo saber este diario, el dueño de una conocida inmobiliaria se encontró con un escenario totalmente desconcertante cuando a eso de las ocho de la mañana llegó al local.

No fue necesario ingresar al lugar para darse cuenta de que algo no andaba bien: la puerta de la cochera, que suele recibirlo cada jornada, ya no ofrecía resistencia.

Forzada y vencida, era la primera señal de que había sido vulnerada por intrusos.

Al atravesar el ingreso, confirmó sus sospechas: el interior estaba revuelto, los objetos desordenados e incluso había signos de vandalismo.

Los cables de la alarma estaban cortados y el dispositivo de grabación de las cámaras de seguridad, destr

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