MADRID (EFE).— La exposición prenatal al insecticida clorpirifós, cuando el cerebro del bebé está en pleno desarrollo y en su etapa más vulnerable, puede generar serias anomalías neurológicas y motoras en la infancia y adolescencia. Así lo reveló un estudio realizado con 270 menores en Nueva York, cuyos resultados fueron difundidos ayer en la revista científica “JAMA Neurology”.
El clorpirifós, un insecticida organofosforado de amplio espectro, actúa dañando el sistema nervioso de los insectos. “Durante años se usó en entornos residenciales contra cucarachas, pulgas o termitas, así como en el campo para evitar las plagas en los cultivos”, detalla el informe.
La evidencia científica sobre sus riesgos no es nueva. Desde hace décadas, investigaciones alertaban de los efectos perjudiciales p