En el Valle de San Luis , al sur de Colorado, las nubes se elevan sobre las imponentes montañas de la cordillera Sangre de Cristo. Un coro de mirlos gorjea mientras revolotea entre los juncos de un refugio de vida silvestre. Grandes campos cultivados en forma de círculo, intercalados con arbustos autóctonos, dan una sensación de tranquilidad bucólica.

Pero en medio de la austera belleza de una de las regiones agrícolas más productivas del estado , había una sensación de inquietud entre los líderes de la comunidad mientras el Congreso debatía un proyecto de ley de presupuesto que podría reformar radicalmente Medicaid , el programa de salud del gobierno gerenciado por los estados para personas de bajos ingresos.

“Intento estar preocupada y optimista”, dijo Konnie Martin, directora ejecutiva de San Luis Valley Health en Alamosa, Colorado, el centro de servicios de salud para 50.000 personas en seis condados rurales.

Martin afirmó que Medicaid es vital para la atención médica rural.

“Creo que en Colorado, en este momento, casi el 70% de los hospitales rurales están operando con un margen negativo”, en números rojos, dijo Martin.

El presupuesto anual del sistema de salud es de $140 millones, y los ingresos de Medicaid representan casi un tercio de esa cifra, según Shane Mortensen, director financiero de San Luis Valley Health.

El margen operativo es muy estrecho, por lo que los recortes federales a Medicaid podrían obligar al centro de salud a implementar recortes drásticos. “Será devastador para nosotros”, declaró Mortensen.

La región es una de las más pobres del estado. En el condado de Alamosa, 2 de cada 5 residentes están inscritos en Health First Colorado , el programa estatal de Medicaid.

Es un salvavidas, especialmente para quienes de otro modo no tendrían fácil acceso a la atención médica. Esto incluye a las personas mayores de bajos ingresos que necesitan cobertura complementaria además de Medicare, y a personas de todas las edades que viven con una discapacidad.

Imaginar un futuro con fuertes recortes a Medicaid deja a muchos pacientes en estado de incertidumbre.

“Revisé nuestro seguro y, ¡Dios mío!, solo me va a costar la mitad de mi sueldo pagarlo”, dijo Julianna Mascarenas, quien tiene seis hijos. Agregó que Medicaid la ha ayudado a cubrir a su familia durante años. Mascarenas trabaja como consejera y trata a personas con adicciones. Su ex marido trabaja en granjas —cultivando papas y arriando ganado— para empleadores que no ofrecen seguro médico.

En todo el estado, Medicaid cubre a 1 de cada 5 habitantes , más de un millón de personas .

Esto incluye a los niños en hogares temporales.

“Hemos tenido 13 niños entrando y saliendo de nuestro hogar, seis de los cuales nacieron aquí en este hospital con drogas en su organismo”, dijo Chance Padilla, cuidador temporal, refiriéndose al hospital insignia de San Luis Valley Health, en Alamosa.

“Medicaid ha sido fundamental para poder darles la vida normal que merecen”, dijo. “Estos niños requieren mucha intervención médica”.

Chris Padilla, esposo de Chance, agregó: “En un momento dado, tuvimos un preadolescente que necesitaba atención médica tres veces por semana. No habríamos podido hacerlo sin Medicaid”.

El personal y los administradores de San Luis Valley Health se preguntan si los recortes federales dificultarán que el sistema mantenga en funcionamiento su centro oncológico.

A photo of a male doctor standing with his arms crossed in a medical room.

“Podría verse afectado drásticamente”, dijo Carmelo Hernández, director médico de San Luis Valley Health.

El hospital de Alamosa cuenta con su propia unidad de partos, un tipo de servicio que otros hospitales rurales de Estados Unidos han tenido dificultades para mantener abiertos . Alrededor del 85% de las pacientes de partos del hospital están cubiertas por Medicaid, dijo Hernández.

“Si no tenemos servicios de obstetricia aquí, ¿adónde irán?”, se preguntó Hernández, quien es ginecólogo obstetra. “Van a viajar una hora y 20 minutos al norte, a Salida, para atenderse. O pueden viajar a Pueblo, a otras dos horas en auto por un paso de montaña”.

Tiffany Martínez, de 34 años, se vio obligada hace poco a considerar esa posibilidad luego de dar a luz a su cuarto hijo.

Su embarazo fue de alto riesgo y tuvo que hacerse ecografías y pruebas de esfuerzo dos veces por semana en el hospital. Está inscrita en Medicaid. “Aquí abajo todo es mal pagado”, dijo Martínez. “No es que tengamos dinero solo para pagar al médico. No es que tengamos dinero para viajar seguido. Así que definitivamente es beneficioso”.

Ofreciendo atención de salud, y trabajos

Con 750 trabajadores, el sistema de salud es el mayor empleador del valle . Clint Sowards, médico de atención primaria, afirmó que la reducción de los fondos de Medicaid dificultará atraer a la próxima generación de médicos, enfermeras y otros profesionales de salud.

Ciertas especialidades médicas podrían dejar de estar disponibles, advirtió Sowards. “La gente tendrá que irse. Tendrán que irse del Valle de San Luis”.

Kristina Steinberg es médica de familia de Valley-Wide Health Systems , una red de pequeñas clínicas que atiende a miles de personas en la región. Explicó que Medicaid cubre a la mayoría de los residentes de hogares de adultos mayores de la zona.

“Si las personas mayores perdieran el acceso a Medicaid para la atención a largo plazo, perderíamos algunos hogares de adultos mayores”, dijo Steinberg. “Se consolidarían”.

Audrey Reich Loy, licenciada en trabajo social y directora de programas de San Luis Valley Health, afirmó que el sistema utiliza Medicaid “como una especie de columna vertebral de nuestra infraestructura”.

A middle aged woman with short-cut blonde hair speaks into a microphone.

“No solo apoya a quienes reciben Medicaid”, afirmó. “Sino que, como resultado de lo que aporta a nuestra comunidad, nos permite garantizar una red de servicios que podemos ampliar y brindar a toda la comunidad”.

Buscando más eficiencia

Los republicanos en el Congreso que impulsaron la ley de gastos e impuestos, que según estimaciones resultará en grandes recortes a Medicaid, afirman que quieren ahorrar dinero y aumentar la eficiencia del gobierno.

Muchos en la región del condado de Alamosa votaron por Donald Trump . “Potencialmente está afectando en forma drástica a su base electoral”, dijo Hernández.

Agregó que los recortes a Medicaid podrían hacer reconsiderar la postura de los partidarios del presidente Trump, pero señaló que la política es un tema delicado que generalmente no aborda con los pacientes.

Sowards dijo que entiende que algunas personas crean que el sistema de Medicaid está en crisis y es costoso. Sin embargo, expresó serias dudas sobre la solución propuesta.

“Perder Medicaid tendría repercusiones drásticas que no podemos prever”, dijo Sowards.

Recortes generarían un efecto dominó

El impacto económico regional de San Luis Valley Health supera los $100 millones al año, y Medicaid representa una parte importante de esa cifra, apuntó Martin.

Cualquier recorte a Medicaid afectaría duramente al sistema de salud, pero también a las pequeñas empresas y a sus empleados. La región está sintiendo las consecuencias económicas. El estrés derivado de otros cambios, como los recientes recortes que la administración Trump implementó en la fuerza laboral federal.

El Valle de San Luis alberga a Monte Vista National Wildlife Refuge, el Parque Nacional Great Sand Dunes y otras tierras administradas por el gobierno federal.

Joe Martínez, presidente del Banco Federal del Valle de San Luis, afirmó que los empleados federales recientemente despedidos ya están yendo a los bancos preguntando: “¿Puede haber forma de que me condonen los pagos de la hipoteca de los próximos dos meses? ¿O podemos extenderla?”. O bien: “Perdí mi trabajo. ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de no perder mi vehículo?”.

En abril, Ty Coleman, alcalde de Alamosa , viajó a Washington, DC, para hablar con la delegación del Congreso de Colorado. Dijo que su mensaje sobre los recortes a Medicaid fue directo: “Pueden tener un impacto económico devastador”. Coleman elaboró una larga lista de posibles problemas: más enfermedades crónicas y tasas de mortalidad más altas; tiempos de espera más largos para recibir atención; deudas médicas y presión financiera para las familias.

“No se trata solo de nuestra comunidad rural, sino también de las otras comunidades rurales de Colorado y de Estados Unidos”, dijo Coleman. “Y no creo que la gente lo esté entendiendo”.