La crisis climática está haciendo que los veranos en Hong Kong resulten cada vez más calurosos. Mientras tanto, decenas de miles de residentes permanecen hacinados en viviendas más pequeñas que una plaza de estacionamiento, donde mantenerse fresco es un lujo que muy pocos pueden permitirse a medida que el clima se calienta. En espacios pequeños y cerrados, con poca ventilación o refrigeración, las temperaturas interiores pueden superar los 37,7 °C, lo que supone un grave riesgo para la salud de los más vulnerables de la ciudad.
Viviendas del tamaño de una plaza de estacionamiento se convierten en trampas de calor en Hong Kong

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