Tyler DeSue, residente de Washington D.C. , se despertó cansado y con antojo de desayunar el sábado por la mañana, así que hizo lo que muchos en esa situación harían: usó Uber Eats para pedir burritos.

Cuando su conductor tardó más de lo habitual, DeSue revisó la aplicación y notó que algo parecía ir mal: la ubicación GPS del repartidor no coincidía con su dirección. Salió a buscarlo.

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"Salí a la calle, miré hacia abajo y vi luces en la dirección, como luces de policía, en dirección a donde estaba mi conductor", dijo DeSue en una entrevista. "Era mi conductor solo y, como nueve oficiales diferentes, todos con uniformes diferentes… La mayoría llevaban mascarillas".

Cuando DeSue fue a investigar, el conductor —cuyo nombre apa

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