Julio Velasco abrió su corazón, días atrás, en una charla íntima con La Gazzetta dello Sport , desde el Centro Pavesi de Milán, el punto del vóley italiano. Lejos de centrarse en estrategias o estadísticas, el legendario entrenador habla desde la pasión: su amor por Estudiantes y se confiesa un enamorado de la vida entre dos patrias, Argentina e Italia.
Entre anécdotas emotivas -como su pena al tener que dejar de bailar tango o sus encuentros recreativos con Pioli en los partidos informales-, Velasco reveló sus pensamientos sobre la muerte, una temática íntima y honesta: no la teme, aunque aseguró que “morir le hace dar vueltas” el estómago; prefiere un final súbito, tras un logro significativo, “con adrenalina”.
Hoy vive en el campo, alejado de Bolonia y con objetivos mundiales aunque