Los incendios forestales que han asolado España en agosto han generado un aumento sin precedentes en las emisiones de carbono. Según el Servicio de Monitoreo Atmosférico de Copernicus (CAMS), las emisiones acumuladas de carbono por incendios forestales han alcanzado su cifra más alta en 23 años. A principios de agosto, las emisiones estaban por debajo de la media estacional, pero en pocos días, la actividad incendiaria en regiones como Castilla y León y Galicia disparó estas cifras.

La calidad del aire se ha visto gravemente afectada, con concentraciones de partículas finas PM2.5 que superan las directrices de la Organización Mundial de la Salud. El humo de los incendios se ha propagado cientos de kilómetros, afectando no solo a España, sino también a Francia, el Reino Unido y Escandinavia. Mark Parrington, científico del CAMS, destacó que "las emisiones de incendios forestales en España y Portugal durante agosto han sido excepcionales".

La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha expresado su preocupación por los efectos del humo en la salud pública, advirtiendo que está asociado a un aumento de mortalidad por causas respiratorias y cardiovasculares. Hasta ahora, los incendios han arrasado más de 300.000 hectáreas, y la SEE ha señalado que estos eventos extremos, junto con el cambio climático, representan una amenaza creciente para la salud pública.

Además, la SEE ha alertado sobre los riesgos de seguridad alimentaria, acceso a agua potable y el impacto en la salud mental de la población. La convergencia de incendios, deforestación y cambio climático podría aumentar la frecuencia de estos fenómenos en el futuro. Se estima que los incendios forestales aumentarán un 30% para 2050 y un 50% para finales de siglo, según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Ante esta situación, la SEE ha hecho un llamado a reforzar la vigilancia y protección de las poblaciones más vulnerables, incluyendo a personas mayores, menores y aquellos con enfermedades crónicas. La atención a estas personas debe ser una prioridad, garantizando su acceso a medicamentos y apoyo psicológico.