WASHINGTON- Cuando Rusia celebraba su desfile del Día de la Victoria este año, hackers que apoyaban al Kremlin secuestraron un satélite en órbita que provee servicio de televisión a Ucrania.
En lugar de la programación habitual, los espectadores ucranianos vieron imágenes del desfile transmitidas desde Moscú: oleadas de tanques, soldados y armamento. El mensaje pretendía intimidar, e ilustra cómo la guerra del siglo XXI no sólo se libra en tierra, mar y aire, sino también en el ciberespacio y en los confines del espacio exterior.
Deshabilitar un satélite podría asestar un golpe devastador sin requerir una sola bala, y puede hacerse al atacar el software de seguridad del satélite o alterar su capacidad para enviar o recibir señales desde la Tierra.
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