La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, aunque hay que tener mucho cuidado en su uso.
A pesar de que puede ser una herramienta muy útil para realizar ciertas funciones, no siempre se puede confiar al máximo en ella. Y es que, si bien puede dar la sensación de un ente con el que conversar, no deja de ser una máquina.
Prueba de ello ha sido el caso de un hombre chino llamado Jiang. Como así ha relatado el periódico local Beijing Daily, el hombre, de 75 años, descubrió por casualidad un avatar femenino creado con IA mientras navegaba en redes sociales.
Jiang, que no estaba familiarizado con este tipo de tecnologías, rápidamente comenzó a entablar una relación con ella hasta el punto de obsesionarse.
Enamorado de la IA
Para él, el avatar lejos de ser una máquina, era práctica