El tráfico comienza desde Metro Guelatao y se arrastra por más de cinco kilómetros hasta cruzar Río Churubusco . Son las ocho y media de la mañana y la Calzada Ignacio Zaragoza parece un estacionamiento interminable.

Dentro de los camiones y combis, los pasajeros están desesperados, van tarde a sus trabajos. Algunos duermen lo que no pudieron en sus camas; otros miran resignados sus teléfonos con los audífonos puestos. En la calle, motociclistas, autos particulares, combis y tráileres protagonizan una guerra por ver quién avanza primero sobre el único carril disponible de los cuatro que normalmente conforman la calzada .

Los otros tres carriles están ocupados por maquinaria, trabajadores y muros que rodean un socavón abierto a la altura de Canal de San Juan . Más adelante, a

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