El Nationals Park estaba en calma, pero no era una noche cualquiera. No lo sería nunca. Dos managers venezolanos, Carlos Mendoza y Miguel Cairo, se enfrentaban por primera vez en la historia de las Grandes Ligas.

Antes del primer lanzamiento, el instante quedó congelado en el tiempo: el apretón de manos entre Mendoza y Cairo fue el momento simple del día. No hubo discursos, ni ceremonia, ni estridencia; solo dos venezolanos, mirándose de frente, conscientes de que acababan de abrir un capítulo que el beisbol no tenía escrito.

Hasta el tercer episodio, el juego estaba en equilibrio: un duelo paciente, de cálculo y espera. Entonces, los Mets golpearon. Con un out, llegaron dos dobles que encendieron la pizarra. Y luego, Mark Vientos, con swing preciso y explosivo, envió la pelota más allá

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