Cada vez es más tenso el ambiente entre Venezuela y Estados Unidos, ante el despliegue de tres buques norteamericanos, conocidos como “destructores”, hacia las costas del país vecino, que representan, según Nicolás Maduro, una “amenaza”.
Además, la propia portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha reiterado que el Gobierno Trump está preparado para “usar todo su poder” para frenar el “flujo de drogas hacia su país”, al tiempo que califican al líder venezolano de dictador, narcotraficante y prófugo de la ley.
Y es que hasta el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, reiteró que el gobierno de Maduro es “una organización criminal”.
Un ambiente que en el escenario mundial no ha pasado desapercibido luego de que EE. UU. elevó la recompensa por 50.000 millones de dólares