Un estudio con miles de adultos del Reino Unido revela que no todo se reduce al nivel de procesamiento de un alimento y que el placer y la facilidad con que se consumen en exceso ofrecen una perspectiva más compleja de lo que se cree

Los alimentos ultraprocesados se han convertido en perversos villanos en los debates sobre nutrición. A las patatas fritas, las comidas preparadas y los refrescos, entre productos fabricados industrialmente, se les culpa de una amplia gama de problemas de salud actuales, desde la demencia hasta la obesidad y la epidemia de “adicción a la comida”.

Es más, algunos expertos sostienen que están “formulados específicamente y comercializados de forma agresiva para maximizar el consumo y los beneficios de las empresas”, secuestrando los sistemas de recompensa de

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