Olga Hirata Ciudad de México / 20.08.2025 08:18:00
Julio César Chávez Jr. amaneció ayer tras las rejas del Cefereso No. 11 de Hermosillo . Un penal de alta seguridad en medio del desierto, lejos del ruido de Las Vegas, de los reflectores, de las entradas de mariachi y de las portadas que alguna vez lo trataron como heredero del boxeo mexicano . Allí, donde el silencio pesa más que cualquier título, está el hijo del campeón.
Su nombre carga una condena que no dicta ningún juez: ser el hijo del más grande. Nació en Culiacán en 1986 y desde entonces vivió rodeado de guantes, cámaras y comparaciones. No tuvo infancia normal; debutó como profesional a los 17 y su carrera estuvo marcada desde el inicio por el apellido, que abría puertas, pero también imponía una sombra imposible de