Por: Elis Peralta*

Una crisis global que avanza en silencio.

La escasez de agua dulce es hoy una de las mayores preocupaciones ambientales y sociales a nivel mundial. Aunque a menudo pasa desapercibida, su impacto es profundo y creciente: afecta la salud, la producción de alimentos, la economía y la estabilidad de comunidades enteras.

Desde 2015, la Tierra ha perdido un volumen de aguas superficiales y subterráneas equivalente al 250 % del tamaño del lago Erie, de acuerdo con registros satelitales. El año 2023 fue el más seco para los ríos en más de tres décadas, lo que dejó a más de 3,600 millones de personas con acceso insuficiente al agua durante al menos un mes. Naciones Unidas proyecta que para 2050 esta cifra podría aumentar a 5,000 millones de personas.

A este panorama se suma e

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