Susana Alexander, ícono del teatro, cine y televisión mexicana, aclaró cómo quiere que sea su despedida: desea que en su funeral se entreguen sus reconocimientos y se permita al público llevárselos como recuerdo, una última voluntad cargada de humor, cercanía y autoreconocimiento.
La legendaria actriz compartió de forma franca y directa sus deseos post mortem, sugiriendo que al concluir su vida, sus premios y homenajes sean entregados entre quienes la admiraron.
Este deseo no sorprende viniendo de una artista que ha enfrentado el tema de la muerte con humor, perspectiva y valentía.
En su montaje Instrucciones para una muerte feliz, Alexander jugaba con la idea de dar instrucciones sobre su propio funeral, reflejando su apuesta por el control creativo incluso después del adiós.
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