La clase trabajadora venezolana ha sido víctima, durante los últimos veinticinco años, de la represión, la persecución y la destrucción sistemática de sus derechos. Nicolás Maduro, hoy señalado como jefe del cartel de Los Soles y declarado por los Estados Unidos como líder de una organización narcoterrorista, pretende ahora rematar su ataque contra los trabajadores anunciando que les entregará fusiles y misiles para “defenderlo” en caso de que la justicia internacional actúe en su contra.

Este anuncio no solo es una grosería y un insulto, es además un acto vil de cobardía. Maduro habla de dar fusiles cuando ya con fusiles ha asesinado a obreros, a sindicalistas, a jóvenes trabajadores que reclamaban en las calles un salario digno. Habla de entregar misiles cuando ya descargó misiles econó

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