El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, afirmó el martes que los ingresos generados por los nuevos aranceles a las importaciones no se destinarán a cheques de reembolso para los ciudadanos. En una entrevista en el programa “Squawk Box” de CNBC, Bessent enfatizó que estos fondos se utilizarán para reducir la deuda nacional. "Creo que, en algún momento, vamos a poder hacerlo", comentó, subrayando que S&P Global reafirmó la calificación crediticia AA+ del país.

Algunos legisladores han sugerido que los ingresos por aranceles, que podrían alcanzar los 300.000 millones de dólares este año, se utilicen para enviar cheques de reembolso de al menos 600 dólares por adulto y menor dependiente. Esto significaría que una familia de cuatro podría recibir hasta 2.400 dólares del Gobierno federal. Desde abril, Estados Unidos ha recaudado 100.000 millones de dólares en ingresos por aranceles, según datos del Departamento del Tesoro.

El presidente Donald Trump ha propuesto dos usos para estos ingresos: primero, reducir la deuda nacional y, eventualmente, ofrecer un “dividendo” a los ciudadanos. Bessent indicó que los ingresos por aranceles han superado las expectativas, y aunque no proporcionó cifras exactas, mencionó que se espera que sean "sustanciales".

Además, Bessent expresó su esperanza de que los estadounidenses puedan beneficiarse de tasas de interés más bajas. La Reserva Federal ha mantenido estables las tasas desde diciembre del año pasado. Sin embargo, la probabilidad de un recorte en septiembre ha fluctuado, especialmente tras el informe de empleo de julio, que mostró débiles ganancias laborales.

Bessent también abordó el reciente aumento en el Índice de Precios al Productor, atribuyéndolo en parte a las ganancias del mercado de valores. "El verdadero problema aquí es que estamos viendo algunos efectos distributivos de las tasas más altas, especialmente en el sector de la vivienda y para los hogares de bajos ingresos con alta deuda de tarjeta de crédito", afirmó.

El secretario del Tesoro destacó que la construcción de nuevas viviendas ha aumentado un 5,2 % en julio, superando las expectativas de los economistas. Este aumento podría ayudar a aliviar la presión sobre los precios a largo plazo, siempre que se mantenga un flujo constante de construcción. Bessent concluyó que limitar la construcción de viviendas podría generar inflación en el futuro.