Caminar no es solo un simple gesto: es una de las maneras más efectivas, económicas y democráticas de proteger la salud. Tan solo unos minutos al día pueden mejorar la salud cardiovascular, ayudar a controlar el estrés y darte energía para la rutina diaria. Pero no depende solo de la fuerza de voluntad.

La forma como se planifican las ciudades, veredas continuas, cruces seguros, buena iluminación, servicios a poca distancia, pueden facilitar (o dificultar) este hábito. Un artículo publicado en Nature demuestra precisamente eso: el diseño urbano influye directamente en el número de pasos que damos a lo largo del día.

La investigación fue realizada por científicos de la Universidad de Washington y la Universidad de Stanford, en colaboración con NVIDIA y Chan Zuckerberg Biohub. En lugar

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