Con la máscara bien puesta de la experiencia, soltó un discurso que supo a combate de estrellas, donde les pasó el turnbuckle de la responsabilidad a las nuevas generaciones.
"¡A echarle crema a los tacos, muchachada!", les gritó desde la tercera cuerda, asegurando que este ejercicio es la mejor manera de que conozcan las llaves y contra-llaves del gobierno municipal.
A Sofía Valeria Calderón, quien agarró el rol de Síndica Juvenil, le aplicó una vuelta mortal de motivación: "Créanse el cuento, que su voz es más potente que un grito de ¡tiiiiiiiiibuuuuuuurno! en la Arena México".
Con esta jugada, Franco demostró que en el ring de la democracia, la juventud no es marmota que se queda en la lona, sino que puede dar la voladora y planchar la indiferencia.
El mensaje final fue claro: cuand