En el campamento número 3 estaban eufóricos. Faltaba para la cumbre, pero el alma les había vuelto al cuerpo a los nueve hombres. Es que al comienzo del ascenso, los expertos indios habían determinado dividirlos en dos. El primero de cinco y el otro de cuatro. Se hacían añicos sus ilusiones de concretar ese viejo sueño todos juntos. A pocos metros -que recorrerlos supone algo así como una eternidad- se determinó volver a juntarlos. Todos, unidos, completarían la hazaña de ser la primera patrulla del Ejército Argentino en hacer cumbre en el Himalaya , allí, donde casi se puede tocar el cielo con las manos.

Fueron dos oficiales y siete suboficiales del Ejército Argentino, provenientes de diferentes provincias. Todos cumplen servicio en unidades de montaña, son expertos montañeses y se

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